Madara Vs. Zothernam
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ONE WORLD SYNDICATE :: Rol on. :: Peleas
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Madara Vs. Zothernam
El influjo inmortal del sol baña cuadra tras cuadra los amplios kilómetros que comprende el vasto bosque de Uthum. Aún así, a la mullida alfombra de hojas secas no llega aquella luz por el techo vegetal que proporcionan las incontables ramas de robles,cedros y pinos.
Bajo aquella agradable fragancia, toda la vida del bosque se mueve con normalidad, buscando olvidar lo que en la memoria genética de aquel lugar esta grabado, y es la incontable de sucesos extraños que en él transcurren cada que los seres ajenos se aproximan a las ruinas de la antigua ciudad de los árboles, la villa donde residía una antigua y en apariencia extinta civilización.
Todo esto fue hacía meses recabado por una persona anónima que solicitó a los distintos gremios que participaran en una misión para muchos suicida, para buscar un viejo libro que había sido sepultado con el primer rey de esa civilización...¿Qué es lo suicida en aquella misión? Aquella parte del bosque es considerada inaccesible, pues antes de llegar a ella uno puede toparse con bestias de increíble poder y aún de pasarlas, se necesitaría de un inmenso sentido de orientación para no perderse en los extensos ramales del pulmón vegetal más grande del planeta.
No es una suerte que en ese momento, Elveron, un conocido cazador y mercenario, lograra pasar todos aquellos obstáculos. Se trata de un hombre de espigada figura, altísimo, que, ataviado con una capa color tierra con capucha incluida que lleva sobre la cabeza, ya vaga por las cercanías de la ciudad en ruinas. Sus sentidos se mantienen alerta, pues está al tanto de que otros gremios y otros mercenarios pudieron recibir el mismo comunicado, lo que convertía en un problema doble la misión.
Aún a pesar de la tela que cubre su nariz y boca, logra percibir el fragor que mana de la resina de los árboles; sus pasos, son inaudibles, aún cuando camina por la crujiente superficie que copa el suelo del bosque. De pronto, por cosas de la intuición, cuando está cerca del umbral de la ciudad, su mano diestra, cubierta por un guante negro igual que lo hace su homónima siniestra y que deja sus dedos al descubierto, se va hacia la empuñadura de una de las dagas, que aún guardado en su sayo, sobre sale de su cadera. El arco en su espalda no incomoda para nada sus pasos silentes, ni tampoco lo hacen las flechas que hay en el carjack que tiene también reposando en el dorso. El silencio, se hace cada vez más incómodo, aunque dentro de su mente sigue firme, insensible a cualquier pasión humana que pudiere hacerlo retroceder.
Bajo aquella agradable fragancia, toda la vida del bosque se mueve con normalidad, buscando olvidar lo que en la memoria genética de aquel lugar esta grabado, y es la incontable de sucesos extraños que en él transcurren cada que los seres ajenos se aproximan a las ruinas de la antigua ciudad de los árboles, la villa donde residía una antigua y en apariencia extinta civilización.
Todo esto fue hacía meses recabado por una persona anónima que solicitó a los distintos gremios que participaran en una misión para muchos suicida, para buscar un viejo libro que había sido sepultado con el primer rey de esa civilización...¿Qué es lo suicida en aquella misión? Aquella parte del bosque es considerada inaccesible, pues antes de llegar a ella uno puede toparse con bestias de increíble poder y aún de pasarlas, se necesitaría de un inmenso sentido de orientación para no perderse en los extensos ramales del pulmón vegetal más grande del planeta.
No es una suerte que en ese momento, Elveron, un conocido cazador y mercenario, lograra pasar todos aquellos obstáculos. Se trata de un hombre de espigada figura, altísimo, que, ataviado con una capa color tierra con capucha incluida que lleva sobre la cabeza, ya vaga por las cercanías de la ciudad en ruinas. Sus sentidos se mantienen alerta, pues está al tanto de que otros gremios y otros mercenarios pudieron recibir el mismo comunicado, lo que convertía en un problema doble la misión.
Aún a pesar de la tela que cubre su nariz y boca, logra percibir el fragor que mana de la resina de los árboles; sus pasos, son inaudibles, aún cuando camina por la crujiente superficie que copa el suelo del bosque. De pronto, por cosas de la intuición, cuando está cerca del umbral de la ciudad, su mano diestra, cubierta por un guante negro igual que lo hace su homónima siniestra y que deja sus dedos al descubierto, se va hacia la empuñadura de una de las dagas, que aún guardado en su sayo, sobre sale de su cadera. El arco en su espalda no incomoda para nada sus pasos silentes, ni tampoco lo hacen las flechas que hay en el carjack que tiene también reposando en el dorso. El silencio, se hace cada vez más incómodo, aunque dentro de su mente sigue firme, insensible a cualquier pasión humana que pudiere hacerlo retroceder.
The_Void- Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 02/04/2014
Re: Madara Vs. Zothernam
**… Silencio, tan profundo e inmutable. Al menos eso aparenta, el suave flujo de la cortina de viento arrastra consigo trozos de hojas secas de la propia naturaleza, dejando a su paso una calzada inundada de estas. Los robles, curiosamente, se levantan en forma de pilares sobre este camino inmaculado, mientras que, sus ramas arquearían el lugar retrayendo la luz y manteniendo su interior fresco, como si se tratase de una bendición divina.
Entre tanto, una carta había llegado a uno de los líderes de un Gremio oculto entre las sombras, entre sus líneas, se rescataban innumerables encuentros fijos bajo la Tierra de Uthum. Su cuerpo al descubierto tan sólo se recubre por un pantalón de holgadas dimensiones que rescata un tono sombrío, tanto como su corazón, además, de una amplia gabardina que oculta la mayor parte de su cuerpo; entre tanto, sus pies al desnudo, prolongan su avance a las entrañas del Bosque al cual fue citado. Esta oportunidad no puede escapársele de las manos y menos ahora, pues sobre su mente fija el batirse contra los más poderosos contendientes; lo peculiar de aquel escrito tal vez es, lo que camuflan sus letras, una Guerra intermitente cuyo final se prolonga de manera indefinida.
Su diestra mirada teñida de rojo enfoca diferentes puntos del lugar, vislumbrando su propio conocimiento del mismo para evitar una posterior perdida, no sólo es consciente de que el espeso bosque es de por sí un lugar bastante alevoso, sino también de que dentro del mismo existen diferentes criaturas a las cuales deberá enfrentar. O al menos esos eran los datos dispersos sobre aquel pergamino. Tal vez es una trampa con el simple objetivo de dar de baja al Gremio que asechando entre lo desconocido ha destrozado un sinfín de aglomeraciones, y por eso, su presencia unitaria dentro del bosque.
Sus sosegados pasos comienzan a retrasarse hasta desaparecer, sin pronunciar sonido alguno, sus orbes enfocan a la distancia una particularidad… -¿Una criatura?- Aludió, denotando la presencia de cientos de aves atemorizadas, trinando con afán ensordecedor. Sin pestañear, decide continuar adentrándose en el vientre del espeso bosque aguardando dentro de su pérfido corazón, el lograr salir sin resultar envuelto en la trágica y desoladora desilusión. **
Entre tanto, una carta había llegado a uno de los líderes de un Gremio oculto entre las sombras, entre sus líneas, se rescataban innumerables encuentros fijos bajo la Tierra de Uthum. Su cuerpo al descubierto tan sólo se recubre por un pantalón de holgadas dimensiones que rescata un tono sombrío, tanto como su corazón, además, de una amplia gabardina que oculta la mayor parte de su cuerpo; entre tanto, sus pies al desnudo, prolongan su avance a las entrañas del Bosque al cual fue citado. Esta oportunidad no puede escapársele de las manos y menos ahora, pues sobre su mente fija el batirse contra los más poderosos contendientes; lo peculiar de aquel escrito tal vez es, lo que camuflan sus letras, una Guerra intermitente cuyo final se prolonga de manera indefinida.
Su diestra mirada teñida de rojo enfoca diferentes puntos del lugar, vislumbrando su propio conocimiento del mismo para evitar una posterior perdida, no sólo es consciente de que el espeso bosque es de por sí un lugar bastante alevoso, sino también de que dentro del mismo existen diferentes criaturas a las cuales deberá enfrentar. O al menos esos eran los datos dispersos sobre aquel pergamino. Tal vez es una trampa con el simple objetivo de dar de baja al Gremio que asechando entre lo desconocido ha destrozado un sinfín de aglomeraciones, y por eso, su presencia unitaria dentro del bosque.
Sus sosegados pasos comienzan a retrasarse hasta desaparecer, sin pronunciar sonido alguno, sus orbes enfocan a la distancia una particularidad… -¿Una criatura?- Aludió, denotando la presencia de cientos de aves atemorizadas, trinando con afán ensordecedor. Sin pestañear, decide continuar adentrándose en el vientre del espeso bosque aguardando dentro de su pérfido corazón, el lograr salir sin resultar envuelto en la trágica y desoladora desilusión. **
Re: Madara Vs. Zothernam
Pronto, el azul de sus ojos se fija en el cielo. Las aves no podrían haber salido volando en tumulto por su presencia: él es un Elfo, su comunión con la naturaleza es tal que ninguna criatura, a menos que esté confabulada con el mal, se sentiría afrentada u amenazada por él. Este razonamiento se produjo en su mente plena de la sagacidad dotada por los milenios de vida que tiene, en cuestión de segundos, y mientras aquello se produce, su mirada, buscando en lo largo de aquella senda abierta por los propios árboles, logra divisar claramente esa figura, que luego de advertir para sí su presencia se detiene.
Tal vez aquella entidad no puede verlo con toda claridad, pero sus orbes de profundidad incomparable, son capaces de mirar a grandes distancias e inclusive de comprender el aura, la energía que envuelve a las personas, a los seres en general...y lo que logra entender al verlo, lo hace, sin dudar, apretar con mayor fuerza el mango de la daga que ya de por sí sujetaba con aplomo-...¿Puede ser?-Se cuestiona por lo bajo, con la voz ahogada por la tela que cubre su rostro, y de tanto en tanto el sostén de su mano se suaviza. No hay pregunta válida, aquel es un enemigo, la sensación que le produce el verlo le da el mismo asco que sintió al ver a Dûmanod convertido en Urkah(orco).
Rápido, con movimientos de zorro, su derecha suelta la daga y se va hacia el arco, mientras con la misma velocidad comienza a dar pasos laterales hacia la derecha, en dirección a un árbol. La mano diestra va a dar a la madera del arma que sostiene la liana propia de esta, y la saca de entre su torso, en esto,el paso del dicho arco a la otra mano sucede en menos de un parpadeo y la mano diestra va ahora a tomar, con los dedos índice y pulgar, una flecha del carjack; una de las tantas que sobre salen del hombro del mismo lado derecho.
Pronto, llega a la sombra de un árbol y en un movimiento continuo, al llegar-destacando que el tiempo de partida al de su llegada es bastante corto, flexiona ambas piernas, acuclillándose sin que su culo quede demasiado cerca del suelo y, en la misma progresión de haceres, pone la flecha mientras se agacha de aquella forma, entre la cuerda tensa del arco, acostándola en el mastín del mismo...ya habiéndolo hecho, apunta al desconocido, con el punzón de la flecha...cabe destacar que en su accionar, nunca aparta la mirada de aquel que, según, es una potencial amenaza, y a la espera de algún movimiento fortuito y sabiéndose ya observado, se queda ahí, a la sombra mayor que proporciona el árbol, con la cacha de la flecha empenachada sostenida por los dedos índice y corazón que también sujetan el liana, la cual, ahora forzada por un movimiento hacia atrás de su codo, forza a su vez la curvatura del arco y este se tensa dejando la flecha lista para dispararse en cuanto sus dedos soltasen tanto cuerda como saeta.
Su pecho se expande y se contrae ante cada respiración, más la adrenalina, que comienza a fluir en su sistema no influye demasiado en la claridad tanto de su espectro visual como en su certeza..con los sentidos claros, mantiene su posición y todos sus sentidos centrados en rechazar cualquier acción enemiga...
Tal vez aquella entidad no puede verlo con toda claridad, pero sus orbes de profundidad incomparable, son capaces de mirar a grandes distancias e inclusive de comprender el aura, la energía que envuelve a las personas, a los seres en general...y lo que logra entender al verlo, lo hace, sin dudar, apretar con mayor fuerza el mango de la daga que ya de por sí sujetaba con aplomo-...¿Puede ser?-Se cuestiona por lo bajo, con la voz ahogada por la tela que cubre su rostro, y de tanto en tanto el sostén de su mano se suaviza. No hay pregunta válida, aquel es un enemigo, la sensación que le produce el verlo le da el mismo asco que sintió al ver a Dûmanod convertido en Urkah(
Rápido, con movimientos de zorro, su derecha suelta la daga y se va hacia el arco, mientras con la misma velocidad comienza a dar pasos laterales hacia la derecha, en dirección a un árbol. La mano diestra va a dar a la madera del arma que sostiene la liana propia de esta, y la saca de entre su torso, en esto,el paso del dicho arco a la otra mano sucede en menos de un parpadeo y la mano diestra va ahora a tomar, con los dedos índice y pulgar, una flecha del carjack; una de las tantas que sobre salen del hombro del mismo lado derecho.
Pronto, llega a la sombra de un árbol y en un movimiento continuo, al llegar-destacando que el tiempo de partida al de su llegada es bastante corto, flexiona ambas piernas, acuclillándose sin que su culo quede demasiado cerca del suelo y, en la misma progresión de haceres, pone la flecha mientras se agacha de aquella forma, entre la cuerda tensa del arco, acostándola en el mastín del mismo...ya habiéndolo hecho, apunta al desconocido, con el punzón de la flecha...cabe destacar que en su accionar, nunca aparta la mirada de aquel que, según, es una potencial amenaza, y a la espera de algún movimiento fortuito y sabiéndose ya observado, se queda ahí, a la sombra mayor que proporciona el árbol, con la cacha de la flecha empenachada sostenida por los dedos índice y corazón que también sujetan el liana, la cual, ahora forzada por un movimiento hacia atrás de su codo, forza a su vez la curvatura del arco y este se tensa dejando la flecha lista para dispararse en cuanto sus dedos soltasen tanto cuerda como saeta.
Su pecho se expande y se contrae ante cada respiración, más la adrenalina, que comienza a fluir en su sistema no influye demasiado en la claridad tanto de su espectro visual como en su certeza..con los sentidos claros, mantiene su posición y todos sus sentidos centrados en rechazar cualquier acción enemiga...
The_Void- Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 02/04/2014
Re: Madara Vs. Zothernam
**Sin mayor demora, sus orbes carmesí se enfocan lo que a poca distancia parecía ser, una entidad que intentaba emboscarle; aquellas aspas fijas sobre su mirada se ladean junto a su pupila dilatada, siguiendo uno a uno los movimientos de aquella sombra que vislumbraba a pocos metros. Dibuja sobre su semblante una mueca en forma de sonrisa, tras un lento parpadeo, una ilusión mental comienza a tener efecto sobre sí mismo… -No, no es una criatura… Es algo más. Pero, ¿será posible?- murmuró, entretanto encamina su mano siniestra a la altura de su pecho, sujetando aquella capucha de amplias dimensiones y, con la menor de sus fuerzas le rasgo completamente, asintiendo una observación más amplia de quien fuese, uno de los Shinobis más temerarios dentro del Mundo ninja; tan sólo llevaba puesto un Pantalón holgado y un par de sandalias con grabados místicos, mientras que, su ondulante cabellera negra baila al son del viento.
Sus labios vociferaron tan sutiles palabras, mientras que, afianza su mirada sobre un árbol en particular, sobre el cual, se pronuncia una peculiar fuente de energía correspondiente a la firma misma que logró seguir hace unos instantes gracias a sus bendecidos orbes. En su interior, algo sucede; un sentimiento abrumador arremete contra su integridad, un motor, una fuerza, un poder superior que alimenta poco a poco su cuerpo… Odio. No imagino que alguien se atreviera a acorralarle, y menos aún, que llegase si quiera a creer que él podría ser acorralado; más aquello era una sugestión bastante poderoso para que su deseo actual de pelea… Si, pelea. Quizás eso le permita recobrar su paz. ¿O tal vez no? Lo más seguro es que su opositor tenga un poder menor al de su mayor enemigo, es ilógico que exista alguien superior a él. -…Hashirama.- Pensó, sus muñecas responden empuñándose simultáneamente, su mente, divagando, no es problema para su existencia misma; sus sentidos comienzan a agudizarse a extremos bastante amplios, pues, en su interior aquel sentimiento negativo comienza a alimentarle, lo que permite a su vez, una aguda sensitiva por parte suya… Y como si fuese poco, sus orbes, aquella bendita visión le permite reconocer un vasto rango dentro de aquella espesa bruma de árboles, hojas y ramas dispersas sobre el arco aquél.
A su resguardo diestro, a un costado de su cadera posee un Sable-katana de proporciones decentes y un filo singular, ni siquiera opta por desenvainarle a no ser que la situación lo amerite. Un destello intermitente de luz roza su cuerpo descubierto, mientras que, su lógica simple le permite innumerables maneras de desertar prontamente del lugar y salir presuntamente bien librado, si no es que alguien le detenga.
Dio un simple paso, tan pausado, pero con fines tácticamente preventivos. Alertando a la criatura al resguardo de aquel roble de sus intenciones ulteriores.**
-Puedes salir.-
Sus labios vociferaron tan sutiles palabras, mientras que, afianza su mirada sobre un árbol en particular, sobre el cual, se pronuncia una peculiar fuente de energía correspondiente a la firma misma que logró seguir hace unos instantes gracias a sus bendecidos orbes. En su interior, algo sucede; un sentimiento abrumador arremete contra su integridad, un motor, una fuerza, un poder superior que alimenta poco a poco su cuerpo… Odio. No imagino que alguien se atreviera a acorralarle, y menos aún, que llegase si quiera a creer que él podría ser acorralado; más aquello era una sugestión bastante poderoso para que su deseo actual de pelea… Si, pelea. Quizás eso le permita recobrar su paz. ¿O tal vez no? Lo más seguro es que su opositor tenga un poder menor al de su mayor enemigo, es ilógico que exista alguien superior a él. -…Hashirama.- Pensó, sus muñecas responden empuñándose simultáneamente, su mente, divagando, no es problema para su existencia misma; sus sentidos comienzan a agudizarse a extremos bastante amplios, pues, en su interior aquel sentimiento negativo comienza a alimentarle, lo que permite a su vez, una aguda sensitiva por parte suya… Y como si fuese poco, sus orbes, aquella bendita visión le permite reconocer un vasto rango dentro de aquella espesa bruma de árboles, hojas y ramas dispersas sobre el arco aquél.
A su resguardo diestro, a un costado de su cadera posee un Sable-katana de proporciones decentes y un filo singular, ni siquiera opta por desenvainarle a no ser que la situación lo amerite. Un destello intermitente de luz roza su cuerpo descubierto, mientras que, su lógica simple le permite innumerables maneras de desertar prontamente del lugar y salir presuntamente bien librado, si no es que alguien le detenga.
Dio un simple paso, tan pausado, pero con fines tácticamente preventivos. Alertando a la criatura al resguardo de aquel roble de sus intenciones ulteriores.**
Re: Madara Vs. Zothernam
Su ceño se frunce al ver como aquel ser se quita la túnica que lo cubre; muestra su ser entero...¿Podía ser un humano...? es imposible saberlo, al menos no del todo, pues la inmensa cantidad de maldad que en él habita continua causándole repulsión y eso lo aleja de la posibilidad de que sea un hombre. El arco está tenso, el sonido de su liana es análogo al del cuero cuando se comprime con suma fuerza, él, por su parte, sostiene el tirón, y cuando ve que el pelinegro da un paso más hacia delante, no duda, y suelta la flecha que tenía entre el índice y el dedo corazón, haciendo lo propio con la cuerda.De forma automática la saeta sale disparada, tan rápida, que el sonido parece perseguir su figura, dirigiéndose justo hacia la mitad del torso del recién llegado...de darle, sin remedio, le ocasionaría lesiones serias, y a la larga lo mataría, no sólo el sólo hecho de herirlo en una zona tan delicada, sino porque en el punzón de sus flechas, de todas, hay gran cantidad de un veneno conocido en los países del Sur, llamado "Marchitas", proveniente de una planta y que al entrar al torrente sanguíneo, de forma instantánea, comienza a degenerar tejidos, nervios, y causa una necrosis fatal.
Automáticamente, luego de disparar, el rey elfo disfrazado de cazador, cambia su posición, se levanta, y aún, moviéndose como un zorro en el bosque, empieza a correr por la arbolada. Su accionar es furtivo, parece ser la naturaleza misma corriendo dentro de sí misma, tanto así, que por más duros que son sus pasos, estos no hacen sonido alguno en el suelo del bosque.
Quedó, luego del disparo, con el arco sostenido en la mano izquierda, la mano derecha entonces, está libre, y esta la mete entre la tela de la capa en su recorrido de donde está a una equis distancia no determinada, con esta mano, enguantada, toma lo que parece ser una bolsita de lana dentro de un bolsillo que tiene el haobeck que viste bajo su túnica. La bolsa parece tener algo de consistencia suave dentro, él, no se esmera en abrirla, simplemente la aprieta y por lo llena que está, esta se rebosa y su contenido se desparrama...se trata de un polvillo claro que, por la carrera en la que él se encuentra, comienza a difuminarse en el aire y a esparcirse por todas partes, convirtiéndose en partículas mínimas que se afirman en la atmósfera y no caen al suelo. Este particular polvo, es polvo de una flor llamada campanilla...el sólo hecho de aspirar una mínima partícula de la campanilla, cualquiera, queda en un estado de narcosis total; comienza a adormecerse, sus músculos se relajan y termina por caer inconsciente en cosa de cinco minutos, lo peor de todo es que las esporas de campanilla al ser inhaladas impregnan todo el sistema respiratorio con su aroma (que es en sumo agradable) por más de doce horas, lo que hace que aún a pesar de que su víctima purifique su cuerpo para evitar el adormecimiento, este se mantenga por el efecto perenne del aroma de la flor.
El elfo, que continua corriendo, no resulta afectado por el artilugio que emplia, por la capucha que tiene sobre la boca, por otro lado, es difícil notar aquel polvo...el aroma de la campanilla es similar al del bosque mismo, y es tan similar a una partícula vegetal que vaga comúnmente entre los cedros y los nogales, que parece inofensiva.
Sus sentidos se mantienen atentos, no lo ve, pero puede escucharlo, cualquier variación en el espacio a su alrededor lo percibiría-"No dejaré que salgas vivo..."-Piensa, y en un el interin rápido de su correr, se detiene de golpe y pega automáticamente la espalda de uno de los troncos cercanos, un tronco de roble, precisamente. Su cuerpo ya había, hace rato, estado produciendo energía espiritual, vril, como lo llaman los de su raza, una fuerza capaz de producir milagros, cosas maravillosas fuera de lo común aún para su raza...pero lo que hará a continuación, es común entre los Amorin Soh...ahí, tranquilo, atento a lo que acontece cerca, sin saber si su flecha dio o no en el blanco, su figura misma comienza a desaparecer, se difumina, cual fantasma, y su energía, su esencia pura también desaparece, como si nunca hubiese existido, él no lo sabía, pero ni los ojos cautos de un Uchiha podrían haberlo distinguido entre el ramal de un arbusto próximo a su posición. Todo su accionar, fue tan raudo, que no pasaron ni dos minutos desde que disparó la flecha y se escabulló cual animal furtivo en el bosque.
Automáticamente, luego de disparar, el rey elfo disfrazado de cazador, cambia su posición, se levanta, y aún, moviéndose como un zorro en el bosque, empieza a correr por la arbolada. Su accionar es furtivo, parece ser la naturaleza misma corriendo dentro de sí misma, tanto así, que por más duros que son sus pasos, estos no hacen sonido alguno en el suelo del bosque.
Quedó, luego del disparo, con el arco sostenido en la mano izquierda, la mano derecha entonces, está libre, y esta la mete entre la tela de la capa en su recorrido de donde está a una equis distancia no determinada, con esta mano, enguantada, toma lo que parece ser una bolsita de lana dentro de un bolsillo que tiene el haobeck que viste bajo su túnica. La bolsa parece tener algo de consistencia suave dentro, él, no se esmera en abrirla, simplemente la aprieta y por lo llena que está, esta se rebosa y su contenido se desparrama...se trata de un polvillo claro que, por la carrera en la que él se encuentra, comienza a difuminarse en el aire y a esparcirse por todas partes, convirtiéndose en partículas mínimas que se afirman en la atmósfera y no caen al suelo. Este particular polvo, es polvo de una flor llamada campanilla...el sólo hecho de aspirar una mínima partícula de la campanilla, cualquiera, queda en un estado de narcosis total; comienza a adormecerse, sus músculos se relajan y termina por caer inconsciente en cosa de cinco minutos, lo peor de todo es que las esporas de campanilla al ser inhaladas impregnan todo el sistema respiratorio con su aroma (que es en sumo agradable) por más de doce horas, lo que hace que aún a pesar de que su víctima purifique su cuerpo para evitar el adormecimiento, este se mantenga por el efecto perenne del aroma de la flor.
El elfo, que continua corriendo, no resulta afectado por el artilugio que emplia, por la capucha que tiene sobre la boca, por otro lado, es difícil notar aquel polvo...el aroma de la campanilla es similar al del bosque mismo, y es tan similar a una partícula vegetal que vaga comúnmente entre los cedros y los nogales, que parece inofensiva.
Sus sentidos se mantienen atentos, no lo ve, pero puede escucharlo, cualquier variación en el espacio a su alrededor lo percibiría-"No dejaré que salgas vivo..."-Piensa, y en un el interin rápido de su correr, se detiene de golpe y pega automáticamente la espalda de uno de los troncos cercanos, un tronco de roble, precisamente. Su cuerpo ya había, hace rato, estado produciendo energía espiritual, vril, como lo llaman los de su raza, una fuerza capaz de producir milagros, cosas maravillosas fuera de lo común aún para su raza...pero lo que hará a continuación, es común entre los Amorin Soh...ahí, tranquilo, atento a lo que acontece cerca, sin saber si su flecha dio o no en el blanco, su figura misma comienza a desaparecer, se difumina, cual fantasma, y su energía, su esencia pura también desaparece, como si nunca hubiese existido, él no lo sabía, pero ni los ojos cautos de un Uchiha podrían haberlo distinguido entre el ramal de un arbusto próximo a su posición. Todo su accionar, fue tan raudo, que no pasaron ni dos minutos desde que disparó la flecha y se escabulló cual animal furtivo en el bosque.
The_Void- Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 02/04/2014
Re: Madara Vs. Zothernam
**Su suposición era cierta. Tan sólo fue requerido un movimiento suyo para que, quien estuviese ocultando su presencia decidiera lanzar su primera jugada ofensiva; sus orbes, captan a la lejanía, justo en el lugar donde reconoció anteriormente la existencia de su oponente campal, como, algo de menores proporciones se acercaba a él, a gran velocidad; paulatinamente, persigue visualmente el material lanzado, sus referencias a lo largo de su diestra y activa vida en lucha, le obsequian la más precisa información de lo que se avecinaba. Su brazo diestro se flexionó, tan rápido como le fue posible. Sus piernas igualaron aquel movimiento perfectamente, al menos… Lo imprescindible. Justo en ese momento, aquella flecha figuraba un alcance bastante cercano al cuerpo del Uchiha y entre tanto, aprovecho su anterior movimiento para, con una fuerza mayor, impulsar su cuerpo hacia su costado diestro. Antes de que la Flecha lograra alcanzarle, le sujetó, en un movimiento suave con su muñeca, llevándole a pasar por en medio de sus dedos corazón e índice, sin que la lezna lograse tener el más mínimo contacto consigo mismo. Aprovechando aquello impulsa su otro brazo, ejecutando aquel giro completo y, una vez habiendo dado una vuelta sobre su propio eje, forzó de un simple golpe la punta trasera de aquella Flecha, liberándole justo en la dirección de dónde provenía originalmente, mientras su cuerpo cae en reposo, como si nunca se hubiese movido.
En su mente figuraba la idea recóndita de que aquel ser, quizás pensó que ese movimiento tan simple bastaba para detenerle. Pero, justo cuando lanza aquella flecha nota un particular avance de una cortina de humo. Sus orbes le permiten observar con mayor detalle hasta el más minúsculo detalle existente, el polvillo, logró ser captado por sí mismo en ese instante… La flecha que había re direccionado rasgó brevemente su velo, hasta impactar en las proximidades contra un roble posterior a la ubicación real del Elfo; permitiendo así, el reproducir en la mente de Uchiha una posibilidad que no puede descartar, tan real, que ni siquiera se permite el beneficio de la duda.
Un ligero suspiró logro ser emitido, su energía, tan intensa comenzó a fluir en cantidades decentes, formando a su alrededor una ligera cortina de Chakra, que ante la absoluta orden de él, pasa a localizarse desde sus pies, hasta su cabeza. -…- No logra digerir plenamente los sucesos acontecidos, pero, la naturaleza misma de las acciones de aquel extraño no podían ponerse bajo tela de juicio; su afluente energía, comienza a fundirse junto a gran parte de la tierra bajo sus pies, su dura composición, comienza a quebrarse, hasta volverse tan ligera, suave, como la arcilla misma. Para quien logrará ver lo que acontece segundo después, le causaría mayor asombro; todo su cuerpo, es “tragado” a enormes velocidades por la Tierra. Tan sólo requirió entrecerrar sus orbes, para desaparecer ante los ojos de cualquiera. Sus niveles de energía tan esplendorosos, fueron apagados simultáneamente, desapareciendo cualquier tipo de rastro de su propia esencia espiritual sobre el lugar, pero, un sentido suyo le permite enterarse de la más ridícula fluctuación o movimiento sobre la superficie, entre tanto, aquella su la percepción que le habría permitido enterarse de la firma de energía misma de su rival, no capto nada, tan solo una fría, desoladora, ensordecedora ausencia.
La particularidad de su movimiento, le permite disminuir su rango bajo la tierra lo suficiente como para desaparecer físicamente de la vista de cualquiera. Nada, ni siquiera el oído más diestro será capaz de captar reproducciones sonoras de sus movimientos bajo tierra, pues, los mismos se prolongan de manera fina e inaudible dentro de la capa de arcilla que logra descomponer… Entre más se oculta, más rápido se endurecen las capas superiores a sí mismo. Sólo cuando decide moverse, su chakra elemental reproduce, altera y juega con la Tierra facilitando su ágil movimiento.
-Así qué, ¿tú también…?- Se cuestionó, al no lograr percibir ningún rastro de su rival. Ni siquiera un movimiento que le advierta su localización. Entre-cruzo sus brazos, mientras descansa su vista, allí, podrá permanecer el tiempo que desee, ya que duda que su escondite fuese si quiera bien visto por parte ajena, y en caso contrario, le obligará a tener que aparecer para buscarle, donde podrá asechar. Ni siquiera el aire es un problema para sí mismo allí abajo, ya que, el espacio entre él y aquella arcilla, es lo suficientemente bondadoso como para permitirle respirar finamente, sin problemas.**
En su mente figuraba la idea recóndita de que aquel ser, quizás pensó que ese movimiento tan simple bastaba para detenerle. Pero, justo cuando lanza aquella flecha nota un particular avance de una cortina de humo. Sus orbes le permiten observar con mayor detalle hasta el más minúsculo detalle existente, el polvillo, logró ser captado por sí mismo en ese instante… La flecha que había re direccionado rasgó brevemente su velo, hasta impactar en las proximidades contra un roble posterior a la ubicación real del Elfo; permitiendo así, el reproducir en la mente de Uchiha una posibilidad que no puede descartar, tan real, que ni siquiera se permite el beneficio de la duda.
Un ligero suspiró logro ser emitido, su energía, tan intensa comenzó a fluir en cantidades decentes, formando a su alrededor una ligera cortina de Chakra, que ante la absoluta orden de él, pasa a localizarse desde sus pies, hasta su cabeza. -…- No logra digerir plenamente los sucesos acontecidos, pero, la naturaleza misma de las acciones de aquel extraño no podían ponerse bajo tela de juicio; su afluente energía, comienza a fundirse junto a gran parte de la tierra bajo sus pies, su dura composición, comienza a quebrarse, hasta volverse tan ligera, suave, como la arcilla misma. Para quien logrará ver lo que acontece segundo después, le causaría mayor asombro; todo su cuerpo, es “tragado” a enormes velocidades por la Tierra. Tan sólo requirió entrecerrar sus orbes, para desaparecer ante los ojos de cualquiera. Sus niveles de energía tan esplendorosos, fueron apagados simultáneamente, desapareciendo cualquier tipo de rastro de su propia esencia espiritual sobre el lugar, pero, un sentido suyo le permite enterarse de la más ridícula fluctuación o movimiento sobre la superficie, entre tanto, aquella su la percepción que le habría permitido enterarse de la firma de energía misma de su rival, no capto nada, tan solo una fría, desoladora, ensordecedora ausencia.
La particularidad de su movimiento, le permite disminuir su rango bajo la tierra lo suficiente como para desaparecer físicamente de la vista de cualquiera. Nada, ni siquiera el oído más diestro será capaz de captar reproducciones sonoras de sus movimientos bajo tierra, pues, los mismos se prolongan de manera fina e inaudible dentro de la capa de arcilla que logra descomponer… Entre más se oculta, más rápido se endurecen las capas superiores a sí mismo. Sólo cuando decide moverse, su chakra elemental reproduce, altera y juega con la Tierra facilitando su ágil movimiento.
-Así qué, ¿tú también…?- Se cuestionó, al no lograr percibir ningún rastro de su rival. Ni siquiera un movimiento que le advierta su localización. Entre-cruzo sus brazos, mientras descansa su vista, allí, podrá permanecer el tiempo que desee, ya que duda que su escondite fuese si quiera bien visto por parte ajena, y en caso contrario, le obligará a tener que aparecer para buscarle, donde podrá asechar. Ni siquiera el aire es un problema para sí mismo allí abajo, ya que, el espacio entre él y aquella arcilla, es lo suficientemente bondadoso como para permitirle respirar finamente, sin problemas.**
Re: Madara Vs. Zothernam
Él poder aún no es total, pero sin embargo, la tensión se puede cortar en el ambiente. Su pecho, en un vaivén, sube y baja en su constante y tranquila respiración, y sus ojos escrutan la maravilla del inmenso bosque que ahora guarda un silencio insoportable.
Él yace ahí, invisible, protegido por el ramal que circundaba el tronco del milenario árbol, y en su comunión con la madre tierra, logra percibir que algo ajeno a ella, la perturba, la penetra y se abre paso de forma inicua en sus entrañas, pero no comprende del todo lo que acontece-...¿Será que...?-Piensa intrigado, y es cuando una vibración en lo hondo del suelo lo hace cambiar su perspectiva. Sus oídos de elfo captan algo, similar a un hilo de voz, pero que dicen algo indescifrable por la profundidad desde donde viene. Su experimentada capacidad de razonamiento, lo hace admitir ahora, que así como él, su enemigo, por medio de algún sortilegio, había ido a esconderse...aquello es común en las batallas, la delantera solía estar del lado de aquel que usara con bien la sorpresa, la estrategia.
Él no podría determinar cuando su enemigo se moviera allí abajo, pues, sencillamente no había escuchado cuando este hubo horadado hasta allí, así que no sería diferente en el caso de que el mismo quisiera salir y sorprenderlo desde abajo. Su concentración, mientras determina estos conceptos, no afecta en nada el influjo total que tiene su energía milagrosa, su vril, dentro de todo su sistema, y de hecho, en nada afecta tampoco su invisibilidad, aquel hijo de la luz está sin más con la espalda recargada en el tronco, mirando de manera celosa los alrededores, fraguando todas las ideas posibles, el arco, en la siniestra y la diestra sobre la corteza del pilar del roble.
De pronto, sus orbes, poseedoras de una tonalidad indescifrable, de un azul si bien gélido, a la vez tan cálido como el del océano más profundo, advierten la presencia de una piedra de tamaño regular que yace ante sus pies. Su ceja izquierda se enarca, se inclina a su vez y toma la piedra con la diestra, observando sus dimensiones irregulares, rocosas. Luego de esto, mira hacia el frente, donde hay una abertura entre los árboles que de otra forma se apiñan uno junto al otro, y vuelve su mirada a la piedra-...veamos...-Dice en su mente con calma, y luego, con un movimiento simple, lanza la piedra hacia dicho claro, sin aplicar en el lanzamiento demasiada fuerza, pero si con la suficiente como para que la roca rebote par de veces en la tierra cubierta de hojas secas y detenga su trayecto al pie de un árbol que bordea el pequeño claro, a unos metros frente a él. Su razonamiento, lo llevó a pensar antes de lanzar la piedra, que su "presa" al escuchar las vibraciones producidas por esta al dar contra la tierra, pensaría que era él corriendo con pasos cortos y suaves, y no habría porque pensar que no, o al menos eso conjetura.
Se mantiene ahí, paciente, esperando a la aparición del pelinegro, mientras, en toda su majestad cubierta por su manto color follaje, sigue haciendo fluir su poder mágico dentro de sí sin exteriorizarlo para nada-
Él yace ahí, invisible, protegido por el ramal que circundaba el tronco del milenario árbol, y en su comunión con la madre tierra, logra percibir que algo ajeno a ella, la perturba, la penetra y se abre paso de forma inicua en sus entrañas, pero no comprende del todo lo que acontece-...¿Será que...?-Piensa intrigado, y es cuando una vibración en lo hondo del suelo lo hace cambiar su perspectiva. Sus oídos de elfo captan algo, similar a un hilo de voz, pero que dicen algo indescifrable por la profundidad desde donde viene. Su experimentada capacidad de razonamiento, lo hace admitir ahora, que así como él, su enemigo, por medio de algún sortilegio, había ido a esconderse...aquello es común en las batallas, la delantera solía estar del lado de aquel que usara con bien la sorpresa, la estrategia.
Él no podría determinar cuando su enemigo se moviera allí abajo, pues, sencillamente no había escuchado cuando este hubo horadado hasta allí, así que no sería diferente en el caso de que el mismo quisiera salir y sorprenderlo desde abajo. Su concentración, mientras determina estos conceptos, no afecta en nada el influjo total que tiene su energía milagrosa, su vril, dentro de todo su sistema, y de hecho, en nada afecta tampoco su invisibilidad, aquel hijo de la luz está sin más con la espalda recargada en el tronco, mirando de manera celosa los alrededores, fraguando todas las ideas posibles, el arco, en la siniestra y la diestra sobre la corteza del pilar del roble.
De pronto, sus orbes, poseedoras de una tonalidad indescifrable, de un azul si bien gélido, a la vez tan cálido como el del océano más profundo, advierten la presencia de una piedra de tamaño regular que yace ante sus pies. Su ceja izquierda se enarca, se inclina a su vez y toma la piedra con la diestra, observando sus dimensiones irregulares, rocosas. Luego de esto, mira hacia el frente, donde hay una abertura entre los árboles que de otra forma se apiñan uno junto al otro, y vuelve su mirada a la piedra-...veamos...-Dice en su mente con calma, y luego, con un movimiento simple, lanza la piedra hacia dicho claro, sin aplicar en el lanzamiento demasiada fuerza, pero si con la suficiente como para que la roca rebote par de veces en la tierra cubierta de hojas secas y detenga su trayecto al pie de un árbol que bordea el pequeño claro, a unos metros frente a él. Su razonamiento, lo llevó a pensar antes de lanzar la piedra, que su "presa" al escuchar las vibraciones producidas por esta al dar contra la tierra, pensaría que era él corriendo con pasos cortos y suaves, y no habría porque pensar que no, o al menos eso conjetura.
Se mantiene ahí, paciente, esperando a la aparición del pelinegro, mientras, en toda su majestad cubierta por su manto color follaje, sigue haciendo fluir su poder mágico dentro de sí sin exteriorizarlo para nada-
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Fecha de inscripción : 02/04/2014
Re: Madara Vs. Zothernam
**El paso del tiempo es incansable, consigo, bajo el lecho cálido y acogedor de aquél noble Bosque continúa, el asecho sigiloso de dos entidades en suma distinción; el arco natural comienza a danzar ante el suave manto del viento, llevando, arrastrando lentamente en su paso hojas de diferentes tonalidades, e incluso, parte de aquel misterioso polvillo.
Sus orbes nunca se abrieron luego de enterrarse en las entrañas de la Selva. Sus manos al desnudo y sus refinados sentidos le permitieron una vez más captar una irregularidad allí arriba. Un crujido, pobre, pero pertinente, quizás demasiado para su gusto fue ejecutado. A su vez, logró captar ligeras vibraciones que se consumían tan rápido como fueron reproducidas. Sin tentarse a tomar medidas a base de posibilidades no tan ciertas, de su interior, una fina y densa capa de Chakra comienza a fluir, circulando detalladamente alrededor de todo su cuerpo, hasta desaparecer y reaparecer rápidamente a su costado diestro; aquella masa de Chakra comienza a ser moldeada en dimensiones idénticas a la del usuario, matizando inicialmente un peculiar tono verdoso. -Moku Bunshin no Jutsu…- Pensó. Y allí, en las entrañas mismas de la naturaleza comenzó a formarse una sombra idéntica a sí mismo, con un agregado singular… Aquella capa fina de chakra que rodeaba inicialmente al Uchiha, el Clon también contaba con ella… Pero eso no era lo más intrigante; su existencia ocultaba una razón masivamente profunda. Tras su aparición comienza a elevarse lo suficientemente rápido, como para desgarrar la tierra; su muñeca diestra se elevó, para sujetarse del sólido propio de la superficie. Tan sólo aplico la más mínima de sus fuerzas, tan ágil, veloz… Emergiendo a la superficie en cuestión de un parpadeo.
El clon prescindía con los conocimientos potenciales de su creador, además de sus aptitudes. Una vez emerge, este desvía su mirada hacía su delantera, confirmando las sospechas de su creador; su rival, quizás empleo un sucio plan para hacerle subir y atacar una vez pudiera, su enojo no podía ser mayor que el de su original una vez se enterara, sujetó fuertemente su Sable clonado, alzándole y posteriormente amenazando lo que fuese se encontrará en el lugar. -Sal… No lo repetiré dos veces.- Sus palabras comenzaron a recorrer en sintonía dentro del arco, sus intenciones, de ser precisas, eran propicias para iniciar de una vez la disputa, aunque, su rival no contará con la virtud de enfrentar directamente al Uchiha.
Aquella cortina de Chakra que le acompaña repele constantemente el polvillo a su alrededor, fluyendo lentamente hasta compactarse en una fina capa de 5 cm en todo su cuerpo. -Espero funcione lo suficiente, de lo contrario…- Piensa mientras lleva sus orbes sobre distintas partes del lugar, intentando captar el más minúsculo de los movimientos. Sus deseos, tan propios de su original, son absolutos en ese momento, su sed de combatir se expanden, su cuerpo al unísono responde flexionando sus rodillas, adoptando una posición defensiva.
Mientras el filo abrazador de su Espada amenaza en la superficie, él, descansando en lo profundo, ni se inmuto. Ni siquiera tuvo que hacerlo al engendrar a su marioneta principal, su energía tan rápido como ardió se opacó, a grados indetectables para cualquier ser, desde allí envuelto en una rigurosa concentración ha de esperar, cualquier eventualidad.**
Sus orbes nunca se abrieron luego de enterrarse en las entrañas de la Selva. Sus manos al desnudo y sus refinados sentidos le permitieron una vez más captar una irregularidad allí arriba. Un crujido, pobre, pero pertinente, quizás demasiado para su gusto fue ejecutado. A su vez, logró captar ligeras vibraciones que se consumían tan rápido como fueron reproducidas. Sin tentarse a tomar medidas a base de posibilidades no tan ciertas, de su interior, una fina y densa capa de Chakra comienza a fluir, circulando detalladamente alrededor de todo su cuerpo, hasta desaparecer y reaparecer rápidamente a su costado diestro; aquella masa de Chakra comienza a ser moldeada en dimensiones idénticas a la del usuario, matizando inicialmente un peculiar tono verdoso. -Moku Bunshin no Jutsu…- Pensó. Y allí, en las entrañas mismas de la naturaleza comenzó a formarse una sombra idéntica a sí mismo, con un agregado singular… Aquella capa fina de chakra que rodeaba inicialmente al Uchiha, el Clon también contaba con ella… Pero eso no era lo más intrigante; su existencia ocultaba una razón masivamente profunda. Tras su aparición comienza a elevarse lo suficientemente rápido, como para desgarrar la tierra; su muñeca diestra se elevó, para sujetarse del sólido propio de la superficie. Tan sólo aplico la más mínima de sus fuerzas, tan ágil, veloz… Emergiendo a la superficie en cuestión de un parpadeo.
El clon prescindía con los conocimientos potenciales de su creador, además de sus aptitudes. Una vez emerge, este desvía su mirada hacía su delantera, confirmando las sospechas de su creador; su rival, quizás empleo un sucio plan para hacerle subir y atacar una vez pudiera, su enojo no podía ser mayor que el de su original una vez se enterara, sujetó fuertemente su Sable clonado, alzándole y posteriormente amenazando lo que fuese se encontrará en el lugar. -Sal… No lo repetiré dos veces.- Sus palabras comenzaron a recorrer en sintonía dentro del arco, sus intenciones, de ser precisas, eran propicias para iniciar de una vez la disputa, aunque, su rival no contará con la virtud de enfrentar directamente al Uchiha.
Aquella cortina de Chakra que le acompaña repele constantemente el polvillo a su alrededor, fluyendo lentamente hasta compactarse en una fina capa de 5 cm en todo su cuerpo. -Espero funcione lo suficiente, de lo contrario…- Piensa mientras lleva sus orbes sobre distintas partes del lugar, intentando captar el más minúsculo de los movimientos. Sus deseos, tan propios de su original, son absolutos en ese momento, su sed de combatir se expanden, su cuerpo al unísono responde flexionando sus rodillas, adoptando una posición defensiva.
Mientras el filo abrazador de su Espada amenaza en la superficie, él, descansando en lo profundo, ni se inmuto. Ni siquiera tuvo que hacerlo al engendrar a su marioneta principal, su energía tan rápido como ardió se opacó, a grados indetectables para cualquier ser, desde allí envuelto en una rigurosa concentración ha de esperar, cualquier eventualidad.**
Re: Madara Vs. Zothernam
-Y sucede lo que él había previsto...al menos algo que supuso, aunque no del todo exacto como lo había considerado. Una figura emerge de la tierra, como si esta la alumbrara, ante sus agudos ojos, que ya, por la conmoción que en su cuerpo causa la energía que ha venido acumulando, flamean con una llamarada brillante, del color de las estrellas. Aquella criatura que emerge del suelo, demanda, habla con impetuosa autoridad al bosque milenario que se ensancha y apuñala de lado a lado a la inmensa Gea.
Su corazón está más decidido, aquel ente es una amenaza latente que no puede seguir respirando los aires de paz que aún existen en su mundo...pero más allá de esto, su poderosa percepción ocular, entiende también que ése, no es el mismo ser que vio antes al final del sendero de la ciudad de los árboles...por fuera, es seguro el mismo, pero por dentro, aún a pesar de compartir una esencia idéntica, este tiene algo que lo relaciona directamente con la madre naturaleza. Algo sumamente extraño tomando en cuenta el hecho de que aquellos, confabulados con el caos y la destrucción, no pueden tener una relación directa con la Tierra, con la Madre.
Inhala profundamente, inflando su diafragma, y ahí, en los pulmones, sostiene ese aire. Poco, muy poco de su vril, su energía espiritual, recubre sus cuerdas vocales, y en menos de treinta segundos, que es lo que tarda en conjeturar todas sus ideas agolpadas y en respirar, concentrando a la par aquella cantidad de energía en su garganta, termina por proferir con una cualidad amenazadora las siguientes palabras-¡¿Y QUIÉN LO DEMANDA?!-Aquello, dicho en un tono de voz gutural, profundo y cavernoso, resuena en todas las estancias del bosque y por muy antinatural que ello fuere, hace eco y vuelve una y otra vez, esto, por la energía que el alto elfo había destinado a su aparato fonador, que a placer, hace que su voz retumbe con aquel ímpetud, y que de paso, de ser escuchada por cualquier ser de corazón innoble, dicha voz llegaría a su alma y la perturbaría, poco a poco, hasta quebrarla, hasta hacerla sucumbir en un miedo irremediable que, o le haría huir de manera inefable, o a la larga, lo haría caer en la locura o en la imbecilidad. Todo esto, aunado al hecho de que el Rey de Alietharein se mantenía oculto en la maleza, y a que a quien le escuchare, parecería que el sonido proviniese de todas partes y a la vez de ninguna, hace del panorama del Uchiha poco alentador.
Sin prórroga, él continúa, aún sosteniendo el arco, y mrando fijamente a la figura, que considera, no es su verdadero enemigo, aún sin dar pistas, ni por espirituales ni por físicas que fueren de su posición, y en un parpadeo, vuelve a respirar y en el proceso, a imbuir de vril sus cuerdas vocales/poco vril, para volver a hablar sus destructivas palabras, sin que los decibeles bajen tonalidad, más bien, en ascenso y con mayor profundidad-¡¿ACASO TÚ?! ¡DESPRECIABLE CRIATURA DE LA OSCURIDAD!-Culmina su discurso y el bosque parece perturbado por un vaivén de voces que dicen lo mismo, como si rebotasen las unas con las otras "criatura de la oscuridad, criatura de la oscuridad" dicen en un bis siniestro-
Su corazón está más decidido, aquel ente es una amenaza latente que no puede seguir respirando los aires de paz que aún existen en su mundo...pero más allá de esto, su poderosa percepción ocular, entiende también que ése, no es el mismo ser que vio antes al final del sendero de la ciudad de los árboles...por fuera, es seguro el mismo, pero por dentro, aún a pesar de compartir una esencia idéntica, este tiene algo que lo relaciona directamente con la madre naturaleza. Algo sumamente extraño tomando en cuenta el hecho de que aquellos, confabulados con el caos y la destrucción, no pueden tener una relación directa con la Tierra, con la Madre.
Inhala profundamente, inflando su diafragma, y ahí, en los pulmones, sostiene ese aire. Poco, muy poco de su vril, su energía espiritual, recubre sus cuerdas vocales, y en menos de treinta segundos, que es lo que tarda en conjeturar todas sus ideas agolpadas y en respirar, concentrando a la par aquella cantidad de energía en su garganta, termina por proferir con una cualidad amenazadora las siguientes palabras-¡¿Y QUIÉN LO DEMANDA?!-Aquello, dicho en un tono de voz gutural, profundo y cavernoso, resuena en todas las estancias del bosque y por muy antinatural que ello fuere, hace eco y vuelve una y otra vez, esto, por la energía que el alto elfo había destinado a su aparato fonador, que a placer, hace que su voz retumbe con aquel ímpetud, y que de paso, de ser escuchada por cualquier ser de corazón innoble, dicha voz llegaría a su alma y la perturbaría, poco a poco, hasta quebrarla, hasta hacerla sucumbir en un miedo irremediable que, o le haría huir de manera inefable, o a la larga, lo haría caer en la locura o en la imbecilidad. Todo esto, aunado al hecho de que el Rey de Alietharein se mantenía oculto en la maleza, y a que a quien le escuchare, parecería que el sonido proviniese de todas partes y a la vez de ninguna, hace del panorama del Uchiha poco alentador.
Sin prórroga, él continúa, aún sosteniendo el arco, y mrando fijamente a la figura, que considera, no es su verdadero enemigo, aún sin dar pistas, ni por espirituales ni por físicas que fueren de su posición, y en un parpadeo, vuelve a respirar y en el proceso, a imbuir de vril sus cuerdas vocales/poco vril, para volver a hablar sus destructivas palabras, sin que los decibeles bajen tonalidad, más bien, en ascenso y con mayor profundidad-¡¿ACASO TÚ?! ¡DESPRECIABLE CRIATURA DE LA OSCURIDAD!-Culmina su discurso y el bosque parece perturbado por un vaivén de voces que dicen lo mismo, como si rebotasen las unas con las otras "criatura de la oscuridad, criatura de la oscuridad" dicen en un bis siniestro-
The_Void- Mensajes : 29
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Re: Madara Vs. Zothernam
**… Silencio inundaba las entrañas de aquella arbolada, nada, ni el más minúsculo movimiento tuvo lugar luego de su conjetura. Sus orbes, aunque se encontraban bendecidos con dotes incomparables, no podían hallar al ser que poco antes estaba allí. -¿Acaso, huyo?- no podía pensar menos. De inmediato, algo más ocurrió. Un sonido, una voz, profunda logró ser escuchada. Volteó su mirada rápidamente buscando el punto de inicio del sonido, pero, tan rápido como lo hizo, a su alrededor parecía dispersarse ecos atisbados de aquella palabra -¿Y quién lo demanda?- El tono, por más tenebroso que fuese, no inmuta al Clon del Shinobi, ni mucho menos, perturba a quien bajo la Tierra se encontraba; él no siente miedo, ni siquiera por rivales incluso más fuertes que él. Nada podría perturbarlo, ni mucho menos, con el afán de generarle temor, duda. Al contrario, desde un inicio, la mente proactiva suya intentó localizar la fuente del eco; vanamente. Aun así, tiene en claro que ello comenzó desde el punto al cual miro en primer lugar, aunque, el perturbador sonido en forma de eco comenzó a rebotar en todas las dimensiones, hasta perder fuerza, relativamente lento.
-¿De qué absurdo juego se trata esto?- Pensó, al no encontrar rastro alguno de su rival. Un sentimiento aborrecible inundo poco a poco su espíritu, un odio, que le alimenta de a gotas. Entre tanto, aquel clon que se encontraba en la superficie decidió actuar, como fue requerido una vez fue traído a este mundo. Y cuando se preparaba para maniobrar, un nuevo desgarrador grito empezó a ganar rango. -¡¿Acaso tú?! ¡Despreciable criatura de la oscuridad!- El rostro del clon inexpresivo, tan frio, sereno como el real se mantenía. Aquellas palabras tan sólo le significaban un alago menor, pero, no podía perder más tiempo. Su chakra, comenzó a fluir y arder en la brevedad, este inmediatamente comenzó a tomar grandes bocanadas de aire, acumulándolas sobre sus pulmones. Una vez allí, toda la energía bendita que poseía el Clon en comunión con el elemento, vasto para propiciar una ligera fricción, e inmediatamente todo el Chakra junto al aire tomado salen disparados de sus labios pronunciados en forma de llamaradas de fuego, tan vivo, cegador, como poderoso en calor. Las abrasivas llamas comienzan a dispersarse a velocidades demasiado altas, al menos, lo suficiente, como para hacerles impactar sobre el costado del Arco vegetal a su delantera, en cuestión de 2 segundos. El poder de estas llamas es tal, que al simple tacto puede calcinar y reducir a cenizas lo que toque, al estar dentro del vientre del Bosque, todo a su alrededor es material finamente quemable, por lo que el fuego rápidamente comenzará a propagarse en todas las dimensiones. Lo único inmune a este elemento es el propio Madara; el Clon, tras escuchar gracias a su refinado sentido auditivo aquella expresión, reconoció, por miserables instantes el patrón de donde provenía toda la secuencia de ondas, o al menos ese era el objetivo de concentrarse en aquel punto específico, por lo que, de ser exactas sus sospechas su rival tendría que salir de su escondite o morir dentro del mismo. Tras esto, el clon desaparece envuelto en una ligera implosión de humo, llevando todas sus experiencias a su original.
-Si no sales, tendré que hacerte salir…- Palabras ahogadas en su mente fueron planteadas, sabiendo lo que está ocurriendo allí arriba, además del obvio humeral que ahogará todo lo que se encuentre dentro del arco vegetal. Esbozo una sonrisa, esperando, cualquier tipo de movimiento ulterior. **
-¿De qué absurdo juego se trata esto?- Pensó, al no encontrar rastro alguno de su rival. Un sentimiento aborrecible inundo poco a poco su espíritu, un odio, que le alimenta de a gotas. Entre tanto, aquel clon que se encontraba en la superficie decidió actuar, como fue requerido una vez fue traído a este mundo. Y cuando se preparaba para maniobrar, un nuevo desgarrador grito empezó a ganar rango. -¡¿Acaso tú?! ¡Despreciable criatura de la oscuridad!- El rostro del clon inexpresivo, tan frio, sereno como el real se mantenía. Aquellas palabras tan sólo le significaban un alago menor, pero, no podía perder más tiempo. Su chakra, comenzó a fluir y arder en la brevedad, este inmediatamente comenzó a tomar grandes bocanadas de aire, acumulándolas sobre sus pulmones. Una vez allí, toda la energía bendita que poseía el Clon en comunión con el elemento, vasto para propiciar una ligera fricción, e inmediatamente todo el Chakra junto al aire tomado salen disparados de sus labios pronunciados en forma de llamaradas de fuego, tan vivo, cegador, como poderoso en calor. Las abrasivas llamas comienzan a dispersarse a velocidades demasiado altas, al menos, lo suficiente, como para hacerles impactar sobre el costado del Arco vegetal a su delantera, en cuestión de 2 segundos. El poder de estas llamas es tal, que al simple tacto puede calcinar y reducir a cenizas lo que toque, al estar dentro del vientre del Bosque, todo a su alrededor es material finamente quemable, por lo que el fuego rápidamente comenzará a propagarse en todas las dimensiones. Lo único inmune a este elemento es el propio Madara; el Clon, tras escuchar gracias a su refinado sentido auditivo aquella expresión, reconoció, por miserables instantes el patrón de donde provenía toda la secuencia de ondas, o al menos ese era el objetivo de concentrarse en aquel punto específico, por lo que, de ser exactas sus sospechas su rival tendría que salir de su escondite o morir dentro del mismo. Tras esto, el clon desaparece envuelto en una ligera implosión de humo, llevando todas sus experiencias a su original.
-Si no sales, tendré que hacerte salir…- Palabras ahogadas en su mente fueron planteadas, sabiendo lo que está ocurriendo allí arriba, además del obvio humeral que ahogará todo lo que se encuentre dentro del arco vegetal. Esbozo una sonrisa, esperando, cualquier tipo de movimiento ulterior. **
Re: Madara Vs. Zothernam
-Y es así como sus ojos, aún hechos luz plena de estrellas, captan aquella masiva cantidad de calor que se acumula alrededor del intruso y en un parpadeo lo envuelven todo a su paso, abrasadoramente. Su cuerpo, apenas tiene tiempo de liberar energía a su alrededor y sin ademán alguno, al instante antes de que las llamas toquen tanto su cuerpo como el tronco del árbol que lo camufla, aparece un orbe semitransparente, incoloro, que lo rodea totalmente y genera un vacío entre él y los alrededores, dejando pasar la llama de largo.
-"Maldito..."-En su mente resuena, mientras frunce el ceño; ahora bien, las llamas comienzan a consumir todo y la propagación del fuego, por la abundancia de vegetación, es inminente. No pasa prácticamente nada de tiempo desde su acción defensiva hasta que, de su cuerpo, una nueva cantidad de energía espiritual surge, o más bien, parece que su fisionomía entera absorbe el orbe que la rodeó antes, y sin necesidad de interludio alguno, el guardián del bosque, prendido en ira por la destrucción que el desconocido había iniciado, inclina hacia delante y emprende una carrera tan rápida que su cuerpo parece desvanecerse en una difusa figura fina que recorre la distancia entre él y su ahora antagonista tan rápido que tras de sí deja el sonido estruendoso de un sonido, vórtices entre las llamas y tierra levantada. Aprovecha la acción del rival de crear fuego para lanzar su acometida vertiginosa, pues, luego de lanzar las llamaradas se dificultaría la visión de este al menos por un instante...de hecho, pareciera que su figura difuminada saliese directamente del fuego.
En el recorrido, aunque tremendamente veloz, el Rey Elfo, aunque no en su máximo poder, si con su plena experiencia en combate-más a estas velocidades- extrae de su cintura con la diestra, sin soltar el arco que tiene en la siniestra, una daga pequeña, y justo antes de llegar frente al shinobi(o su sombra, aunque él no sabe que aquel es un clon), flexiona las piernas y se proyecta hacia arriba, dando un salto, aún con la rapidez anterior, que lo llevaría a rebasar al hombre y en el aire, da una voltereta hacia adelante, arqueando un poco el tronco...en el trayecto, forma un arco hacia dentro con el brazo derecho y lo suelta violentamente hacia fuera, cuando está apuntando con el perfil delantero de su cuerpo la retaguardia de su oponente, estando de cabeza, lo que hace que el arma que sostenía con la mano de esa extremidad, salga disparada desde una distancia bastante próxima hacia la espalda ajena, con suficiente fuerza como para traspasar la piel de un jabalí (lo que también implica que lleva bastante velocidad)-¡JÚ!-Exclama en su esfuerzo al lanzar la saeta.
Hecho esto, el habiendo dado la vuelta, cae de nuevo, en cuclillas a unos tres metros del rival, dándole la espalda, pero sin dejar de estar atento-de hecho, en ningún momento de su accionar lo está, teniendo siempre presente tanto la presencia que percibió hacía un rato bajo tierra como cualquier variación que pudiera surgir aún en el caos del ambiente- y cierra los párpados, esperando cualquier reacción enemiga.-
-"Maldito..."-En su mente resuena, mientras frunce el ceño; ahora bien, las llamas comienzan a consumir todo y la propagación del fuego, por la abundancia de vegetación, es inminente. No pasa prácticamente nada de tiempo desde su acción defensiva hasta que, de su cuerpo, una nueva cantidad de energía espiritual surge, o más bien, parece que su fisionomía entera absorbe el orbe que la rodeó antes, y sin necesidad de interludio alguno, el guardián del bosque, prendido en ira por la destrucción que el desconocido había iniciado, inclina hacia delante y emprende una carrera tan rápida que su cuerpo parece desvanecerse en una difusa figura fina que recorre la distancia entre él y su ahora antagonista tan rápido que tras de sí deja el sonido estruendoso de un sonido, vórtices entre las llamas y tierra levantada. Aprovecha la acción del rival de crear fuego para lanzar su acometida vertiginosa, pues, luego de lanzar las llamaradas se dificultaría la visión de este al menos por un instante...de hecho, pareciera que su figura difuminada saliese directamente del fuego.
En el recorrido, aunque tremendamente veloz, el Rey Elfo, aunque no en su máximo poder, si con su plena experiencia en combate-más a estas velocidades- extrae de su cintura con la diestra, sin soltar el arco que tiene en la siniestra, una daga pequeña, y justo antes de llegar frente al shinobi(o su sombra, aunque él no sabe que aquel es un clon), flexiona las piernas y se proyecta hacia arriba, dando un salto, aún con la rapidez anterior, que lo llevaría a rebasar al hombre y en el aire, da una voltereta hacia adelante, arqueando un poco el tronco...en el trayecto, forma un arco hacia dentro con el brazo derecho y lo suelta violentamente hacia fuera, cuando está apuntando con el perfil delantero de su cuerpo la retaguardia de su oponente, estando de cabeza, lo que hace que el arma que sostenía con la mano de esa extremidad, salga disparada desde una distancia bastante próxima hacia la espalda ajena, con suficiente fuerza como para traspasar la piel de un jabalí (lo que también implica que lleva bastante velocidad)-¡JÚ!-Exclama en su esfuerzo al lanzar la saeta.
Hecho esto, el habiendo dado la vuelta, cae de nuevo, en cuclillas a unos tres metros del rival, dándole la espalda, pero sin dejar de estar atento-de hecho, en ningún momento de su accionar lo está, teniendo siempre presente tanto la presencia que percibió hacía un rato bajo tierra como cualquier variación que pudiera surgir aún en el caos del ambiente- y cierra los párpados, esperando cualquier reacción enemiga.-
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